jueves, 22 de noviembre de 2007

Dos menos cuarto, Medrano y Rivadavia

Las monedas recién recién ordenadas en el receptáculo que a tal fin tiene el nuevo auto full full, con inyección, aire, dirección, levantavidrios para las cuatro ventanas, llantas de aleación, compact.
Chocho en el tráfico insoportable del verano porteño, mientras calamaro desde el compact me hace pensar en las bocas que no quiero que nadie más muerda, y no me deja escuchar la ambulancia no importa, total la veo por el espejo retrovisor izquierdo con comando eléctrico.
Y claro, tenía un toco de monedas todas desordenadas, pero ahora sí, ahora tengo un lugar piola para ponerlas y pasar el peaje sin andar buscando como loco en los bolsillos. Al fin y al cabo son hinchapelotas las monedas, me parece que mejor saco uno de esos Como se llaman esos aparatos...esos, que sirven para pasar la barrera sin parar, y que despues te lo cargan directamente en la tarjeta. Está bueno, me voy a comprar uno de esos. No parás, no bajás la ventanilla - no te joden la lluvia ni el calor.
Igual me parece que lo voy a dejar para después de las vacaciones, ahora hay demasiado laburo y ya me voy. Terminó calamaro, a ver que otro compact tengo por aca...
-No golpees loco. Me golpea el vidrio. Siempre en los semaforos hay alguno mangueando.Que cara de muerto tiene este tipo,por dios. Debe tener mi edad, barba como usaba yo antes.. pero qué flaco, y qué mirada más

Menos mal que las monedas están ordenadas.

2 comentarios:

LEDAMA dijo...

Bravo, Diego!!
Hay que animarse a andar exhibiendo los ojos por ahí y a mantenerlos bien abiertos!!!
Un buen comienzo, felicitations
Beso
Leda

Nini dijo...

El orden aparente de los objetos puede ser engañoso...
Auspicious start!
Besos
Ni*